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Hitos del desarrollo de la niñez temprana

  • Katherine Hidalgo
  • 7 feb 2016
  • 8 Min. de lectura

La niñez temprana comienza a partir de los 3 años y termina a los 6 años de edad. En ésta etapa de la vida, los infantes comienzan a tener muchos cambios tanto físicos como mentales y emocionales. A diferencia de las dos primeras etapas del desarrollo, en ésta tercera etapa, los niños llegan a desarrollarse de manera más lenta pero, al mismo tiempo, estos cambios vienen a ser muy importantes para el resto del crecimiento del mismo. Es en esta fase dónde los niños van a comenzar a incrementar muchas de sus habilidades de manera interna como también externa.

Desarrollo Físico:

  • Los niños crecen mucho, razón por la cuál pierden su redondez de la infancia y adelgazan.

  • Crecen entre 5 y 7 centímetros por año.

  • Aumentan entre 1.8 kg y 2.7 kg anualmente.

  • Hay un importante desarrollo de músculos, entre ellos el abdominal, lo que va a hacer que su barriga comience a endurecer.

  • El troncos, los brazos y las piernas se hacen más largos.

  • La cabeza sigue siendo grande pero ya existe una proporcionalidad mayor entre ésta y el resto del cuerpo.

  • Endurecimiento de huesos, por lo que los niños comienzan a ser más fuertes y tienen más facilidad para llevar a cabo varios tipos de actividades.

  • A los 3 años los infantes ya poseen todos sus dientes de leche y, a los 6 años comienza la aparición de los dientes permanentes.

  • Mayor capacidad de los sistemas respiratorios y circulatorios (aumento de resistencia física).

  • Sistema inmunológico en desarrollo (encargado de mantener sanos a los niños).

  • El cerebro y el sistema nervioso siguen en proceso de maduración pero, al mismo tiempo, son los responsables de fomentar el desarrollo de una gran variedad de habilidades motoras.

Nutrición:

  • Comen menos en proporción a su tamaño en comparación a la etapa anterior de la infancia.

  • La alimentación tiene mucha influencia ambiental.

  • A los 3 años de edad, los niños comen hasta saciarse. A los 5 años de edad tienden a limpiar el plato, por lo que hay que tener sumamente cuidado con la obesidad.

Habilidades motoras:

El desarrollo de las áreas sensoriales y motoras de la corteza cerebral permiten una mejor coordinación entre lo que los niños quieren y lo que pueden hacer.

  • Grandes progresos en las habilidades motoras gruesas (pueden correr, saltar y trepar más lejos y más rápido).

  • Las habilidades motoras finas, que implican la coordinación entre el ojo, la mano y los músculos pequeños, mejoran (esto ayuda a usar tijeras o palillos, dibujar o abotonar).

Desarrollo cognitivo:

El cerebro:

  • A los 6 años el cerebro ha alcanzado el 95% de su volumen máximo.

  • Existe una transmisión más rápida de la información y una mejor indagación entre la misma.

  • Comienza a mejorar funciones como la coordinación de los sentidos, procesos de memoria, atención, así como también el habla y la audición.

  • Entre los 3 y los 6 años el crecimiento más rápido ocurre en las áreas frontales que regulan la planeación y organización de las acciones.

  • Se llevan a cabo sistemas de acción en los cuáles los infantes combinan las habilidades que ya poseen con las que están adquiriendo para, de esta manera, producir capacidades más complejas.

  • A los tres años comienza a haber una lateralidad manual, es decir, comienza a haber preferencia por usar la mano derecha o izquierda.

  • Desarrollan a gran escala sus dotes artísticos los cuáles muestran una progresión de cambios que reflejan la maduración tanto del cerebro como de los músculos.

  • A medida que crecen, se observa un cambio esencial en el propósito de los dibujos de los niños, lo cuál refleja un desarrollo cognoscitivo de su capacidad representacional (pasan de hacer dibujos abstractos a llevar a cabo diseños de objetos reales).

Etapa preoperacional:

Jean Piaget, importante psicólogo que contribuyó con grandes estudios sobre el desarrollo infantil, llamó a la niñez temprana etapa preoperacional del desarrollo cognoscitivo porque, en ésta fase, los niños todavía no están listos para realizar operaciones mentales lógicas. Ésta etapa se extiende desde los 2 años hasta los 7 años y es caracterizada por la generalización del pensamiento simbólico o capacidad representacional.

Avances del pensamiento preoperacional:

Los avances del pensamiento simbólico son acompañados por una comprensión cada vez mayor del espacio, la causalidad, las identidades, la categorización y el número. Existen varios aspectos, respecto a la niñez temprana, que caracterizan las funciones cognitivas de los infantes:

  • Función simbólica: capacidad para usar símbolos o representaciones mentales tales como palabras, números o imágenes a las que la persona ha atribuido significado. En este ámbito, los infantes de esta etapa tienen un incremento de la imitación diferida (representación mental de un suceso observado antes), el juego de simulación (hacer que un objeto simbolice otra cosa) y el lenguaje.

  • Comprensión de los objetos en el espacio: A la edad de 3 años, la mayoría de los niños captan de manera fiable las relaciones entre dibujos, mapas o modelos a escala con los objetos o espacios que representan.

  • Comprensión de causalidad: Relacionan dos sucesos cercanos en el tiempo exista o no una relación causal lógica. Muestran un razonamiento causal flexible apropiado en varias ocasiones (si las tijeras están limpias van a cortar mejor), piensan que todas las relaciones causales son igual y absolutamente predecibles (si una persona salta, va a caer).

  • Comprensión de las identidades y categorización: Asimilan el hecho de que la gente y muchas cosas son en esencia las mismas incluso si cambian de forma, tamaño o apariencia. De igual modo, en el ámbito de la categorización, son capaces de identificar las semejanzas y diferencias de un objeto o una persona. La capacidad de distinguir las cosas vivas de las inanimadas también está dentro de esta categoría.

  • Comprensión del número: Solo a partir de los 3 años y medio los niños aplican sistemáticamente el principio de cardinalidad al contar. A los 5 años pueden contar hasta el número 20 o más y, de igual manera, conocen los tamaños relativos de los números de 1 a 10. El desempeño en matemáticas hasta tercer grado tiene que ver con lo bien que entiendan los infantes los números en su etapa preescolar.

Aspectos inmaduros del pensamiento preoperacional:

  • Centración: Centrarse en un aspecto de la situación e ignorar el resto.

  • Egocentrismo: Se concentran en su punto de vista y no pueden considerar el de otra persona. Piensan que el mundo gira alrededor de ellos.

  • Conservación: Imposibilidad de entender que dos cosas permanecen iguales aunque se altera su apariencia (si hay dos vasos del mismo tamaño con la misma cantidad de agua y se vierte el agua del un vaso en otro más largo, el infante va a pensar que el vaso largo tiene más cantidad de agua).

Comprensión de la teoría de la mente:

La teoría de la mente se basa en la comprensión de que otros poseen sus propias creencias, deseos e intenciones distintas.

  • Los niños de entre 2 a 5 años tienen un aumento notable en su conocimiento sobre los procesos mentales.

  • Entre los 3 y los 5 años los infantes entienden que el pensamiento se realiza dentro de la mente, que puede tratar con cosas reales o imaginarias, que alguien puede pensar en una cosa mientras hace algo distinto, etc.

  • No entienden que la mente está en actividad constante.

El desarrollo del yo:

  • A los 4 años los niños tienen representaciones simples. Sus declaraciones sobre sí mismos son unidimensionales (su pensamiento salta de un detalle a otro sin conexiones lógicas).

  • No percatan que pueden experimentar dos cosas a la vez.

  • No distinguen su yo real de su yo ideal.

  • A los 5 años comienzan a hacer conexiones lógicas entre un aspecto de sí mismo y otro. La imagen de sí mismos todavía se expresa en términos completamente positivos de todo o nada.

Desarrollo emocional:

Autoestima:

Es el juicio o autoconcepto que tienen los niños sobre ellos mismo. La autoestima se basa en la capacidad cognoscitiva de los niños para describirse y definirse a sí mismos.

  • Desde los 3 hasta los 5 años el autoestima de los niños no se basa en la realidad, es decir, aceptan los juicios de los adultos que generalmente son buenos, por lo que tienden a sobreestimar sus capacidades.

  • El autoestima en la niñez temprana tiende a ser de todo o nada: ¨soy bueno¨ o ¨soy malo¨.

  • Existe el autoestima alto así como también el contingente. Si se tiene un autoestima alto, el niño siente que puede conseguir lo que quiere pero, al contrario, si un infante tiene autoestima contingente, pueden llegar a sentirse incapaces de lograr algo debido a una crítica o un fracaso.

  • Como ya dijimos anteriormente, el niño piensa que es bueno o malo por lo que, si tiene autoestima contingente, puede llegar a pensar que es malo en algo y esto es algo que se extiende a largo plazo.

Comprensión y regulación de las emociones:

  • En la niñez temprana, los infantes tienen la capacidad de entender, regular o controlar los sentimientos.

  • Pueden controlar la manera en que muestran sus emociones y ser sensibles a lo que los demás sienten.

  • Entienden que las emociones se relacionan con deseos y experiencias.

  • Los niños no comprenden que pueden experimentar reacciones emocionales contrarias simultáneamente.

  • Las emociones hacia uno mismo de los niños, tales como la culpa, la vergüenza y el orgullo, se desarrollan hacia el final del tercer año.

Iniciativa frente a la culpa:

Se trata de la necesidad de lidiar con sentimientos contradictorios acerca del yo. El conflicto surge del deseo cada vez mayor de planear y realizar actividades y de los crecientes remordimientos de conciencia ante ese deseo.

  • En la etapa preescolar los niños pueden y quieren hacer cada vez más cosas y, al mismo tiempo, están aprendiendo que algunas de esas cosas obtienen aprobación social pero otras no. Es en ese momento en dónde se crea un conflicto entre sus deseos de hacer y de aprobación.

  • Los niños que aprenden a equilibrar estos impulsos desarrollan la virtud del propósito, el valor de prever y perseguir metas sin inhibirse demasiado por la culpa o el temor al castigo.

Aspectos importantes a tomar en cuenta:

Patrones y problemas de sueño:

  • Durante la niñez temprana, las horas de sueño van definiéndose. El niño deja de dormir durante el día y duerme más tiempo durante la noche.

  • Aparecen problemas de sueño tales como las pesadillas, terrores nocturnos y sonambulismo.

  • Éstos problemas son causados por activación accidental del sistema de control motor del cerebro, activación incompleta del sueño profundo, ansiedad por separación, etc.

Generalmente, estos transtornos de sueño suelen durar hasta los 13 años pero, si éstos persisten, puede llegar a ligarse con fuertes problemas emocionales y psicológicos del niño por lo que es necesario buscar ayuda profesional a la vez que comenzar a fomentar buenos hábitos para dormir tales como: crear una rutina, no llevar a cabo actividades físicas muy fuertes antes de acostarse, evitar comer antes de dormir, etc. De esta manera el sueño del infante puede volver a regularse. Cabe recalcar que las horas de sueño son fundamentales para el buen desarrollo de los infantes.

Estilos de crianza:

La crianza que los padres proporcionan a sus hijos es muy importante a la vez que influyente en su personalidad posterior al igual que en su desarrollo mismo. Los tipos de padres que podemos diferenciar son:

Padres autoritarios:

  • Rígidos y punitivos

  • Valor a la obediencia

  • Normas estrictas

  • Desaliento a las expresiones de desacuerdo

Consecuencia: Hijos retraídos y poco amistosos.

Padres permisivos:

  • Dirección relajada o inconsistente

  • Exigen poco

  • Suelen ser cálidos

Consecuencia: Hijos inmaduros, con poco autocontrol y dependientes.

Padres democráticos: (figura ideal)

  • Firmes y establecen límites

  • Razonan y explican sus normas

Consecuencias: Hijos con buenas habilidades sociales, agradables, confiados e independientes.

Padres desapegados:

  • Demuestran poco interés por sus hijos

Consecuencias: Hijos que se sienten emocionalmente desligados de sus padres, suelen presentar dificultades cognitivas y físicas.


 
 
 

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